lunes, 5 de noviembre de 2012

Las torres


Torres nubladas por el hálito
nítidas en la contención
Escala de luces en la lengua
Tronco de sangre que contrae el movimiento
corteza por corteza
hasta que la quietud invade cada rostro
hasta que cada rostro ve su vocativo
cayéndole en los ojos
fuera
de sí
La mano que avanza en los escombros
tiene el dorso pelado por las lágrimas
y su palma
ha anegado los dedos
Estoy tocándote
estoy hurgándote las cuencas
con mi palma indivisible
pero no sé quién soy
entre todas las lágrimas
entre todas las cuencas

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