lunes, 11 de abril de 2011

Tres cosas amarillas

Autor: V. Onoff

- Sé que hay frases que nunca voy a poder escribir. Las leo en otros. Las leo en libros. Las veo. Están ahí como para recordarme su indecente honestidad acerca de mi incapacidad para sumergirme en mi propio asco.
La figura pesada de Swenson se hacía más añeja en la tarde. Afuera, el viento lamía despacio los bordes secos del tiempo y nosotros caminábamos tenues por un epílogo tácito.

- ¿Qué importancia tiene, en verdad, conocer tan de cerca nuestros propios límites?, lo dijo mirándome a los ojos, como cuando le daba algo de relieve a un tema, usando su mirada hundida para subrayar. Joven amigo, prosiguió casi risueño, nunca queremos saber qué tan sólidos son esos límites porque a mayor certeza menor vida. Si no puedo ir más allá de eso... ¿para qué?, me dirán "por todo lo demás", ¡pero todo lo demás ya lo tengo!, aunque jamás lo arañe siquiera... ya lo tengo.
Suspiró agitado. Sentíamos arrastrarse las hojas del otoño por las calles, afuera, mucho más lejos de lo que una tarde tranquila nos podría merecer. Terminé mi café y al apoyar la taza ensayé alguna palabra pero Swenson  tenía el telón del acto.
- Si hay frases que nunca voy a poder escribir entonces ya no quiero escribir ninguna otra. Lo dijo como un mantra, como un rezo monocorde. Demasiado cierto para ser verdad. Y agregó. Porque todo no será más que el remedo de una palidez absurda, el consuelo... y en el consuelo no hay arte alguno.

Abandoné su casa tarde en la noche. Me despidió de espaldas, en su sillón, hundido en un silencio que cobraba formas diversas, ninguna amable. Caminé por las veredas desiertas respirando el aire frío, pensando en Swenson y el vacío triste de sus murallas impenetrables.
Tres días más tarde, leyendo el diario durante mi desayuno, me enfrenté a la paradoja de sorprenderme por mi ausencia de sorpresa ante la noticia de su suicidio. ¿No era de algún modo lógico? Ninguna búsqueda debería ir más allá de lo que uno está dispuesto a pagar.
El precio de todo es todo, creo que le escuché decir a Swenson alguna vez.

2 comentarios:

amicaliter dijo...

La figura... hermosa imagen. Gracias!! Mariano

Ignoto Transversal dijo...

Mariano:

Gracias por pasar y cometar.

Saludos.-