lunes, 7 de febrero de 2011

Lento quien
salmodia
a la cofia de su corazón
el blanco de su dominio
y se reza
al mirar a los ojos que hablan de quien mira
cerrándose alrededor de su imagen

Lento quien sacrifica al torno de la era la concreción
de su vulgar estampa llamando a los nichos por si necesitan algo
de su pan de cristal
de su hambre translúcida

Lento quien apaga los barcos con las pestañas
quien los hace
virar hacia arriba
Retornos y retoños
cilios
de campo abierto que confunden
a los rayos del sol con lenguas
anegadas hasta la raíz
de sol a sol
sin habla

Lento quien
se levanta la piel y redeifica
el vacío
como grito de paz
contiguo a su desnacer veloz

Lenta caída

Niño sin ser

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