Te sirve
la carne acristalada del enjambre
para no cerrar del todo
la boca
así
como entreabierto cortinaje
de cuentas cuyo acervo se evapora
al amanecer cuando la mano tañe
barre se cimenta
y queda un puño
solar aupado por la lluvia
más grueso que el umbral
parece que va a abrirse
y a derramar su alma por tus labios
para que quede al fin sellada
la larga
comisura del
mundo
Autor : Niño sin ser
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